Veo al Sahara en mi cielo reflejado,
tibia ola, rizo dorado,
tarde has llegado a mi puerta cerrada.
En la esquina de aquella nube veo,
sin pretender despegarme del suelo,
rizo de oro emprender vuelo,
a costas lejanas del deseo...
y sin embargo pasa,
el grano de cebada
al molde con masa;
otra pieza de pan salada.
Ángel E. Mora Ruiz. 18/01/13
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