Amante del rocío de viente negro,
muñeca de balancín,
tridente de filos huecos,
señora de la muerte -nadaremos-
con la vieja resaca del viento;
si los dioses sacrificaran,
-luego del hombre-
tus larvas en su sangre proliferan.
Va-y-vienes como nosotros zozobramos,
mientras la esperanza nos amamante
con leche de cardo y aceite de ricino,
-nadaremos, nadaremos-
con el signo de la resurrección a cuestas,
... acuestas,
con el barro que sostiene nuestra existencia.
Ángel E. Mora Ruiz. 28/10/2012
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