Como envuelto en una gran lengua,
fluye su hálito siempre al noreste,
se lleva el polvo y el recuerdo,
y trae consigo la melancolía,
y aunque el sol se coloque alto,
brillante y luminoso, solo está,
lejano y adormilado, a penas tibio.
Como ser tragado por un ojo-de-agua,
-cuentan que,
el espejo te jala y al fondo te lleva-
uno enredado en las hierbas del sino,
o en la maleza que se encuentra
en la alta sima cuando no ha llovido:
en la alta sima cuando no ha llovido:
El césped hace una reverencia a oriente,
otro sol que ha durado un instante.
Ángel Emmanuel Mora Ruiz.
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