lunes, 27 de diciembre de 2010

El pacto de Mefisto

He leído Nostalgia del absoluto.

En este fin de año me he percatado profundamente que, en estos momentos, al filo del 2011, la humanidad no se ha dado cuenta de lo mucho a lo que han renunciado por perseguir un ideal de perfección, permanencia, magnificencia y supervivencia que ha terminado por infringir un daño mayor al pago que pueden pactar con la naturaleza. Y aun así estamos en deuda con nuestra propia naturaleza humana. George Steiner analiza a tres autores, y a los autores canónicos que los precedieron, y le doy la razón, algo ha fallado con la humanidad.

Podemos simplificar la información a medida de que conocemos más. No hace falta mucho papel para entender que algo falla, primero leeremos mitos, luego síntesis, teorías, y después leyes, de las cuales se harán compilaciones y ensayos con el fin de sintetizar la información. Es una tarea mítica que planea simplificar el universo, volver rectas las curvas, y simplificar la existencia. bueno en parte, porque aún seguimos pagando más del valor que recibimos (ya ni hablar del que apreciamos).

Esta navidad he podido contemplar desde cerca el sufrimiento del alma humana, mi abuelo agoniza, y mi familia hace lo posible para mantenerlo con vida, una vida mecánica y sin sentido, sin una utilidad más que la de sufrir, y es esa la vida que mantiene mucha gente en la actualidad, que va renunciando al significado de lo que existe en su (disculpe la redundancia) existencia, por ganar un poco mas de simplicidad. La navidad ha muerto con el capitalismo, he asistido a posadas a las que solo se va a embriagarse e ignorar al mundo en una batalla de estupidez contra sentido común, y qué es el sentido común que eso que nos dice esta mal hacer esto, porque te quita más de lo que te da. Mantienes vivo al viejo pero a base de sistemas que carecen de vida: Comida procesada, medicina alópata, televisión... al observarlo sentí un malestar tremendo,supe que el viejo deseaba morir, integrarse al cosmos, regresar al manantial del fluido de la existencia, simplemente encontrarse con su creador, regresar, recuperar.

Nostalgia es una palabra muy fuerte cuando se enfoca en un sentido perdido, en una inocencia que fue sacrificada por la supremacía de la raza humana, anhelamos el principio, que nuestra vida tenga sentido, pero seguimos dependiendo de los sistemas que hemos creado para dominar la naturaleza. El ser humano no puede darse el lujo de seguir adelante con esa contienda contra la naturaleza, aunque, nunca en la historia pudimos premeditar que el pacto en el cual nos convertimos en el ser supremos del planeta, perderíamos nuestra conciencia y razón, nuestros instintos primordiales se vendrían abajo, nuestra condición divina desaparecería y nos convertiríamos en artefactos, sí, artificios sin vida. Me hallaba pensando en el alma del viejo con mucha nostalgia por su espíritu, pero olvidé que este viejo también fue educado en un sistema mecánico, profundamente cristiano y moralista, misógino, por ende que odia a la naturaleza; soberbio, resentido, prejuicioso.

Queda claro que todo lo que ha avanzado el ser humano ha terminado por degradarlo, el único que mata por placer, que mata, y que manipula la estructura de la vida, siente el derecho de hacer con una vida ajena, vegetal, animal, mineral lo que se le pegue en gana, trasformándola, y utilizandola para beneficio del sistema mismo que los manipula, el progreso. Y mi familia queriendo hacer lo mismo con su patriarca, vida sustentada de muerte y decadencia, la naturalidad ha sido sacrificada ¿Qué hemos ganado?

¿Progreso a donde? ¿A caso es solo para destruirnos? ¿Cuanto hemos ganado al simplificarnos la existencia y cuanto hemos sacrificado y ya no conocemos?... ¿Donde quedó la razón?

Solo puedo decir, también siento esa nostalgia por el absoluto, que me lleva a pensar qué significado tiene realmente ese absoluto, si acaso significa todo eso sacrificado por la humanidad, quizá es el real significado de la humanidad, una vida según las hordas primigeneas de las que habla Sloterdijk en En el mismo barco. La cuestión es ¿Cómo renunciar ahora a nuestro mundo y sus sistemas, mismos que nos sostienen y mantienen acostumbrados a un solio tipo de movimiento?... recordemos la estructura primordial, el ciclo.

Tanto Steiner como Sloterdijk insisten en el mito como estructura fundamental; una danza entre un dueto de opuestos, sometidos a la voluntad de un tercero que los determina, una fuerza inexplicable que los hace girar y repetirse, como lo es la magia, el lenguaje, el pensamiento o la misma voluntad pura, la intención. Esta fuerza media entre ambos y encuentra el equilibrio. En el mito también suelen repetirse los acontecimientos, los ciclos regresan a su estado primigenio, y evolucionan para terminar un ciclo más, siempre diferente. Esa estructura cíclica, determinada por tres fuerzas se convierte en una espiral, en eterno movimiento.

¿Qué ha sucedido con la espiral?, los mitos pierden fuerza, ya que la voluntad humana ha decidido inclinar la balanza entre los opuestos hacia uno solo, ignorando el tercero, el equilibrio. Entonces sacrifica no solo el opuesto, sino el tercero y todas las posibilidades que hay mas allá. En el mundo actual, es más, se ignora la existencia de las triadas, mi abuelo aceptó como dogma la triada cristiana, pero nunca profundizó en esa estructura, mucho menos buscó un cuarto, quinto o X elemento en la realidad y la existencia, no podría él decir lo que me atrevo hoy:

Vendo mi existencia al diablo, con la certeza de volver al inicio.

El doctor Fausto sacrificó su alma al entender que no solo existía una, sino múltiples, infinitas posibilidades, tal y como lo plantea Goethe en su obra, misma que analizó Hesse en El Lobo Estepario, Mefisto tomó un alma, de las muchas posibles que pudiera tener Fausto (en su caso 2), Mefisto conocía el misterio de la multiplicidad (en si caso incontables), pues la multiplicidad va más allá que lo que las dicotomías pueden lograr, hacen capaz de hacer a Mefisto lo que puede hacer, como por ejemplo, volver al inicio con cada nueva alma que obtiene. El progreso de la humanidad solo es lineal, se enfoca en una sola meta, rechazando sus contrarios, e ignorando el resto de posibilidades, el precio del progreso es sacrificarlo todo, especializarse, sintetizarse y mecanizarse, equivale a perderlo todo; perder el misterio del caos y la multiplicidad, el sentido del mito y la naturaleza misma.

Volver al inicio, sacrificar lo que tenemos ahora, ese progreso por más valor que pueda tener o significar, nos conduce con toda seguridad a un universo de posibilidades nuevas y absolutas, que son todas esas que hemos rechazado, ignorado y/o sacrificado. Queda claro que hemos perdido, que el progreso al que apuntamos es realmente decadencia, muerte, enajenación (G. Sartori), malestar (S. Freud), alienación (K. Marx), nausea (J. Sartre), Nostalgia del absoluto.

¿Estamos dispuestos a sacrificar lo que creemos, tenemos y hemos obtenido mediante pactos injustos y recuperar lo que hemos perdido?

Por el momento, Natura, danos hoy nuestro pan de cada día... y perdona nuestras ofensas.

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